19/7/15

Los eternos olvidados

Y este fue más o menos el monólogo que realizó mi chica en la cama antes de irnos a dormir la noche previa a mi primera media maratón, que luego transcribió en un foro. Y yo lo pongo aquí



Yo quiero hablar del otro lado de la tortilla, de los pobres incomprendidos que conviven con un runner.
Esas personas que intentar tener una vida de pareja “normal” entre tiradas largas, entrenamientos a horas intempestivas, entrenamientos a primera hora los fines de semana, tiradas cortas, fortalecimientos, estiramientos, progresivos, series, rodajes, barritas energéticas, geles-con-los-que-te-vas-patas-abajo…

Esas personas que la semana previa a una carrera, se solidarizan contigo ingiriendo toneladas de pasta que al contrario que tú, no va a quemar después, (querida operación bikini, ¡nos vemos el año que viene!).

Esas personas que, te acompañan a recoger el dorsal y la bolsa del corredor y presencian conversaciones de lo más variopintas con tus “amigos runners”, que si pronador, que si supinador, que si “el muro”,  que si liebres, que si tiempos reales y tiempos netos…  Y se quedan calladas, sonriendo, con cara de idiotas, y que se sienten peligrosamente identificadas con Homer Simpson más veces de lo que les gustaría.




Esas personas que un sábado por la noche, en vez de salir a cenar y a tomar unas cervezas como la gente normal haría, se queda contigo en casa, cena ligerito contigo y te ayuda a preparar todos los accesorios de runner (que ya le gustaría a la Barbie tener tantos…) y a ordenarlo todo y para hacer la foto pre-carrera reglamentaria y subirla a Instagram. Y del placer venéreo ya ni hablemos, “que mañana hay carrera”.

Esas personas que un domingo, llueva, haga un frío que te cagas o un sol que te mueres, en vez de quedarse en la cama hasta las mil, madrugan contigo y te acompañan hasta la salida de la carrera.

Esas personas, también conocidos como mochileros o roperos con patas, que cargan con todos tus bártulos mientras tú corres y que además, se estudian el mapa del recorrido de la carrera para ver cuántas veces te pueden ver pasar en el menor tiempo posible y sacarte la foto reglamentaria, corriendo de un punto a otro de la ciudad con unos sprints que ya le gustarían a Chema Martínez. 

Esas personas que, te esperan en la línea de meta con una sonrisa de oreja a oreja, aunque en realidad se estén muriendo de calor/frío, sueño y agotamiento.

Esas personas que se alegran más que tú mismo de que hayas conseguido bajar del tiempo que tenías previsto. 

Esas personas que, nada más verte salir con la bebida isotónica en la mano, completamente empapado en sudor y oliendo a granja de cerdos, corren a abrazarte y a decirte lo muy orgullosos que están de ti. 

Si te dicen que no hueles mal, desconfía de ellos, te la están pegando. Si reconocen que apestas pero te quieren igual, es amor verdadero, no les dejéis escapar.

Esas personas que, mientras tú te estás duchando, estiras y te buscas en las fotos oficiales de la carrera, te preparan tu comida favorita y que cuando se sientan en el sofá después de comer, sienten que en realidad la media maratón la han corrido ellos y no vosotros.

Así, que desde aquí, queridos runners del mundo, pido un poco de reconocimiento para todas esas personas.

2 comentarios:

  1. Pues sí. Este tipo de personas existen junto a cada uno de nosotros. La mía, ahora, ya corre mas que yo.

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